En los círculos de expatriados, banqueros privados y fiscalistas «certificados por Twitter», el mismo reflejo vuelve una y otra vez: en cuanto se habla de protección patrimonial u offshore, todo el mundo saca la misma palabra clave como un mantra: CRS.
El Common Reporting Standard se ha convertido en una especie de tótem. Algunos rechazan un país únicamente porque es «CRS compliant». Otros imaginan que al encontrar una jurisdicción «fuera del CRS», se han vuelto invisibles. Ambos se equivocan.
La verdad es simple: el CRS es solo una herramienta entre muchas otras en el arsenal de vigilancia e intercambio de información de los estados. Centrarse únicamente en él significa hacer caso omiso del resto del arsenal de los estados.
Si usted realmente quiere vivir con «el menor estado posible», debe dejar de ver el CRS como el enemigo principal, y comenzar a entender el ecosistema completo de acuerdos de intercambio de información y vigilancia masiva.
El CRS: útil conocerlo, peligroso sobreestimarlo
El CRS (Common Reporting Standard) es la iniciativa liderada por la OCDE que obliga a los bancos e instituciones financieras de la mayoría de países a transmitir automáticamente información sobre las cuentas de no residentes a sus estados de origen.
En la práctica, si usted es residente fiscal de un país CRS con una cuenta en otro país que también aplica el CRS, la información de esa cuenta (saldo, intereses, titular, a veces movimientos) se intercambia automáticamente entre los dos países, todos los años.
Sí, es una herramienta de vigilancia fiscal global. Sí, es intrusiva. Sí, es un problema para aquellos que quieren mantener parte de su vida financiera fuera del radar.
Pero no, no es ni el único problema, ni el más peligroso. Y tratarlo como el centro de su estrategia es un error estratégico mayor.
Antes del CRS, hubo algo peor: FATCA
Cuando se habla de intercambio de información, hay que empezar por el elefante en la habitación: los Estados Unidos.
Mucho antes del CRS, los Estados Unidos impusieron al mundo entero su propio sistema: FATCA (Foreign Account Tax Compliance Act). La idea es simple: si un banco extranjero no coopera y no proporciona información sobre las «US persons» (ciudadanos americanos, poseedores de green card, etc.), entonces se le penaliza duramente en todas sus operaciones en dólares.
Resultado: la casi totalidad del planeta bancario capituló. Los acuerdos bilaterales se acumularon, y hoy, FATCA otorga a los Estados Unidos un poder de acceso masivo a los datos bancarios de sus contribuyentes, en cualquier lugar de la tierra.
El detalle que molesta: los Estados Unidos no aplican el CRS. Exigen transparencia de otros, pero se niegan a jugar el mismo juego. Es una relación de fuerza, no cooperación «simétrica».
Conclusión: si usted solo mira el CRS, ya se está perdiendo el mayor depredador del sistema – y el modelo que inspiró gran parte de lo que siguió.
Los TIEA, convenios bilaterales y acuerdos oscuros
Luego, está todo lo que no lleva un acrónimo «atractivo» como CRS o FATCA pero que hace el verdadero trabajo entre bastidores:
- TIEA (Tax Information Exchange Agreements): acuerdos bilaterales de intercambio de información fiscal entre dos países, a menudo firmados con jurisdicciones llamadas «offshore». Permiten a un país A solicitar información específica sobre un contribuyente al país B.
- Convenios fiscales bilaterales: estos tratados «para evitar la doble imposición» incluyen casi sistemáticamente cláusulas de intercambio de información. Francia–Suiza, Francia–Emiratos, Suiza–EEUU, etc. Detrás de los bonitos pretextos, también son canales de inteligencia fiscal.
- Acuerdos específicos sectoriales: ciertos estados o bloques (UE, OCDE…) crean dispositivos dirigidos a ciertos tipos de ingresos, personas o estructuras (trusts, sociedades transparentes, etc.).
Lo que importa para usted: cada vez que dos estados firman un papel juntos, hay que ir a ver si hay una cláusula de intercambio de información dentro. El CRS es solo un estándar entre una galaxia de textos bilaterales, regionales o temáticos.
Más allá de la información bancaria: la asistencia administrativa y el cobro
Mucha gente se detiene en los intercambios de información. Se dicen: «vale, mi país de origen sabrá que tengo tal cuenta, pero no podrá hacer nada, me he ido.» Una vez más, esto es una subestimación del sistema.
Existen convenios de asistencia administrativa mutua donde dos países (o más) se comprometen a:
- intercambiarse información bajo petición o automáticamente;
- avisarse en caso de sospecha de fraude, evasión o no declaración;
- ayudarse mutuamente para el cobro: concretamente, un país A puede pedir a un país B que le ayude a recuperar una deuda fiscal de un contribuyente instalado en su territorio.
Es un nivel superior de cooperación: ya no se habla solo de «vigilancia», sino de ejecución concreta. Su antiguo país no solo le observa – puede servirse de su nuevo país como brazo armado para venir a buscar el dinero directamente donde usted vive ahora.
Si usted busca protegerse de un estado depredador, estos tratados de asistencia al cobro son a menudo más importantes de vigilar que el propio CRS. Un país sin CRS pero con asistencia agresiva al cobro para su nacionalidad puede ser mucho más peligroso que un país CRS «clásico» pero no cooperativo en la ejecución.
Five Eyes, Nine Eyes, Fourteen Eyes: la vigilancia mucho más allá de los bancos
El fisco es solo una pieza del puzzle. La realidad moderna es una vigilancia global que supera ampliamente el marco bancario.
Las alianzas tipo Five Eyes son coaliciones de países anglosajones (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda) que comparten masivamente inteligencia: comunicaciones, metadatos, tráfico de internet, señales, etc.
A partir de esta base histórica, se han añadido extensiones:
- Nine Eyes: adición de varios países europeos (entre ellos Francia, Países Bajos, Dinamarca, Noruega… según las fuentes y períodos);
- Fourteen Eyes: aún más amplio, incluyendo notablemente Alemania, Italia, España, Bélgica, Suecia, y otros.
Estas alianzas no son pequeños clubs de discusión. Son redes de intercambio masivo de datos digitales e inteligencia: interceptaciones, datos de comunicación, vigilancia de internet, a veces cruzados con datos financieros y administrativos.
En claro: mientras todo el mundo entra en pánico por el CRS, usted tiene estructuras enteras dedicadas a aspirar y cruzar sus huellas digitales, sus desplazamientos, sus comunicaciones, sus conexiones, y potencialmente sus flujos financieros.
Para un humano que realmente quiere reducir la huella del estado en su vida, ignorar estas alianzas es un error mucho más grave que subestimar el CRS.
Ejemplos de combinaciones tóxicas entre estados
Veamos algunos esquemas típicos:
- Francia + países de la UE: Francia está integrada en una red densa de convenios fiscales, directivas de asistencia mutua al cobro, intercambio automático (tipo CRS), y además está implicada en alianzas de inteligencia más amplias. Salir fiscalmente de Francia no se hace «solo» cambiando de domicilio.
- EEUU + resto del mundo: los Estados Unidos tienen FATCA, una red masiva de convenios fiscales y una máquina de inteligencia planetaria. Consideran a sus ciudadanos gravables de por vida, donde quiera que vivan. Un americano que solo mira el CRS se está pegando un tiro en el pie.
- Países «offshore» + acuerdos TIEA: ciertos paraísos fiscales históricos han firmado una multitud de TIEA. No tienen necesariamente el CRS, pero pueden entregar información bajo petición, país por país, en caso de sospecha.
La idea no es elaborar una lista negra aquí, sino hacerle entender una cosa: lo que cuenta no es un solo acrónimo, es la combinación de acuerdos a los que sus países (origen + destino) se han adherido.
Por qué centrarse en el CRS es un error estratégico
Preocuparse por el CRS es legítimo. Descartarlo de un revés sería ingenuo. Pero convertirlo en el alfa y omega de su estrategia de protección es peligroso.
Porque:
- El CRS solo cubre la información financiera declarada por las instituciones;
- existen innumerables canales paralelos (TIEA, convenios fiscales, acuerdos de asistencia administrativa, directivas de cobro, cooperación policial y judicial);
- las alianzas de inteligencia tipo Five/Nine/Fourteen Eyes superan muy ampliamente el campo fiscal;
- el estado moderno funciona por agregación de señales: bancos, telecomunicaciones, plataformas, datos de viaje, cloud, etc.
Construir una estrategia «anti-estado» contentándose con evitar algunos países CRS es como creer que se escapa de un dron cambiando simplemente de acera.
Lo que realmente debe vigilar si quiere volverse stateless
Si usted quiere seriamente retomar el control, debe cambiar su rejilla de lectura. En lugar de preguntar «¿Es este país CRS?», comience a hacer preguntas del tipo:
- ¿Con qué países tiene mi país de origen convenios fiscales completos (incluyendo intercambio de información)?
- ¿Tienen mi país de origen y mi país de destino un acuerdo de asistencia mutua al cobro?
- ¿Las jurisdicciones donde pongo mi dinero o mi sociedad forman parte de Five/Nine/Fourteen Eyes o alianzas similares?
- ¿Qué tipos de datos (bancarios, telecomunicaciones, cloud, desplazamiento) son legalmente accesibles y compartibles entre estos países?
- ¿Dónde se sitúan realmente mis riesgos principales: fisco, penal, cumplimiento bancario, bloqueo de fondos, etc.?
Es esta visión global la que le permite reducir realmente la presión del estado sobre su vida, en lugar de desplazar simplemente el problema de una casilla a otra.
En Stateless.to, cartografiamos todo el campo de batalla
En Stateless.to, no nos contentamos con repetir «CRS = malo, no-CRS = seguro». Este tipo de simplificación tranquiliza, pero le pone en peligro.
Nuestro enfoque: tratar la integralidad de los mecanismos de vigilancia e intercambio de información:
- CRS, FATCA y otros estándares de intercambio automático;
- TIEA y convenios bilaterales de intercambio de información fiscal;
- convenios de asistencia administrativa y de cobro de impuestos;
- alianzas de inteligencia tipo Five/Nine/Fourteen Eyes;
- países que cooperan de manera agresiva, y aquellos que aún resisten.
Mantenemos una base de datos actualizada sobre estos temas, accesible en Stateless.to, para permitirle construir una estrategia fundada en datos reales, no en mitos de Telegram.
El CRS es una pieza del puzzle, importante, pero no es el jefe final. Si usted quiere seriamente avanzar hacia una vida stateless, debe mirar el conjunto del sistema de vigilancia y cooperación estatal. Es exactamente lo que hacemos para usted, de forma continua, en nuestros artículos y en la base de datos de Stateless.to.